CASO DE ESTUDIO: Juegos Olímpicos Sochi ¿Por qué tanta ostentación económica, política y militar con el deporte como vehículo persuasivo?
“Yo quisiera que los participantes, los patrocinadores, los periodistas y todos aquellos que sigan las competencias vean la nueva Rusia, su rostro, sus posibilidades, que echen una mirada fresca e imparcial sobre el país”, pedía el presidente Putin al comenzar los Juegos Olímpicos de invierno en el balneario de Sochi, situado a menos de 200 kilómetros de la frontera con Kabardino-Balkaria, república integrante de la Federación de Rusia.
Ahí perdieron la vida unas 200 personas en 2013 a causa de la guerrilla que libran los “hombres del bosque”, como llaman a los rebeldes islamistas, contra las fuerzas del orden. Para la fiesta transcultural, el gobierno gastó 50.000 millones de dólares, la mayor inversión hasta ahora en toda la historia de un suceso deportivo masivo. Suficiente precio para mostrar al mundo mensajes como “Rusia, ¡Grandiosa, Nueva, Abierta!”: “Hoy Sochi, mañana el mundo”. ¿Por qué tanta ostentación económica, política y militar con el deporte como vehículo persuasivo? En el siguiente análisis encontrará algunas respuestas.
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