Los gerentes que no ‘jueguen’ a Pensar Por Anticipado estarán condenados a sobrevivir con las angustia del día a día.
Para ganar un lugar preferente en la nueva y exigente economía de consumo deberán adaptar su ‘sistema de gestión’ a los nuevos escenarios de competencia. El que excluya esta realidad, perece.
Pero los gerentes que gestionen repensar un portafolio abierto al cambio de los paradigmas tradicionales inmersos en la economía digital, podrá ingresar al exigente nuevo estadio de los negocios hiperconectados. Sin embargo, ningún modelo por más sólido, estará blindado contra los continuos cambios económicos y sus consecuentes efectos en el comportamiento del consumidor. La razón, el ‘producto deporte’ es cambiante como to das las variables de la oferta y la demanda del mercado. Cualquier giro de los sistemas de producción influirá en su comportamiento. Esta variable lo ubica dentro de los parámetros de sostenimiento financiero que fluyen de los movimientos diarios de la gran industria. Por ejemplo, el calentamiento (léase recesión) económico que vive el mundo corporativo repercute en la actuación de los inversores de patrocinio. Esta realidad implica el reinvento de la gestión de su negocio bajo los sistemas de dirección estratégica. Quiere decir, que se acomoda a los efectos de un entorno inestable y que adopta el sistema para planificar un análisis de su mercado con objetivos, estrategias y controles hacia la detección tanto de posibles problemas de ejecución como de las potenciales variaciones de su portafolio de producto o servicios.
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