Las emociones luego de un resultado negativo se exaltan tanto en los equipos del deporte como en las fases de productividad de las empresas. Chocan intereses, necesidades, culturas y hasta egos. ¿Cómo gestionarlas?
El resultado en una fábrica de producción (llámese estadio) siempre generará una ambientación emocional distinta. La derrota debilita la planificación y los estados de ánimo. Y no siempre la victoria revitaliza.
En la vida de la empresa, el estatus del desacuerdo entre los miembros de los equipos de trabajo transita por una ruta igual.
Si su ocupación lo muestra como líder de un grupo productivo, reflexione: ¿Cómo gestiona usted el choque de las emociones cuando el desacuerdo ilustra un estado de comportamiento por un resultado que altera el rendimiento del proceso productivo?
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